Haciendo pie en mí
Ha hecho el sueño
y estas tontas ganas de agradar a todos,
esa fuga de mí misma por ignorancia y rebeldía,
ha hecho, digo,
que posponga por tanto tiempo mis sueños,
dejándolos heridos en el fondo de mi corazón.
*
Pero hoy escucho atenta el resonar de la lluvia,
el canto de mi corazón valiente
que incesante persiste,
llamándome dulcemente.
Hoy siento mis raíces y esos anhelos locos
de expandir mi voz por este mundo,
compartiendo amor radiante
como ser iluminante que soy.
Y me reconozco, a veces con tristeza y dolor,
en aquellos que alcanzan sus sueños,
haciendo eso que yo anhelé hace ya bastante tiempo.
*
Pero calma mi alma,
calma.
Las flores renacen en cada primavera.
Los pájaros cantan en cada amanecer.
Siempre se puede volver
a las profundidades del corazón
que es sincero.
Honrar los tesoros
y remontarse en el vuelo vital.
Siempre.
*
Llora mi canto
pero no por muerto.
Llora como la lluvia, para limpiarse no más.
Esas lágrimas doradas de amor y perdón,
que todo lo reparan,
que todo lo elevan.
Valorando hoy sentir
la resurrección.
*
Acepto entonces cada instante
como la esencia eterna.
Vivo el presente plenamente
porque aquí siembro la semilla de mi sueños.
La nutro, la composto,
la bendigo, la honro.
Día a día la cuido y alimento
hasta verla germinar,
crecer,
florecer,
perfumar,
y dejar tras de sí
la estela
de una nueva semilla por sembrar,
cuidar,
valorar,
amar.
A.24/09/15.
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